Tras los pasos perdidos del padre
Ronald Díaz V.* Primera Plana | Jueves 23 de Abril, 2015
	Casi medio siglo después del fallecimiento del pintor y artista costarricense Fausto Pacheco Hernández, su hijo Fausto Pacheco Brenes ha emprendido una intensa búsqueda para descubrir la facetas menos conocidas de su progenitor.
	
	Cuando don Fausto nació su padre tenía 44 años. Siete años más tarde él y su madre se separaron. Desde entonces, y hasta su muerte en 1966, la distancia impidió que ambos desarrollaran una relación cercana.
	
	“Tengo grandes lagunas de qué pudo hacer antes de que yo naciera o durante el tiempo que no conviví con él. Sin embargo, ya tengo 71 años y la inquietud de saber sobre mi padre y el desconocimiento que tenía de él, me han llevado a investigar sobre su vida en general”, contó Pacheco en una entrevista con Primera Plana.
	
Producto de esa búsqueda don Fausto se ha enterado de los muchos aportes de su padre al periodismo. Por eso piensa escribir una novela basada en la investigación que realiza en la actualidad.
Don Fausto incursionó en la literatura cumplidos los 60 años cuando una vez pensionado pudo disponer de más tiempo libre para estudiar y comenzar a escribir cuentos.
El primer lugar en concurso literario de la Asociación Gerontológica Costarricense, en el año 2005, fue el aliciente para emprender el ambicioso proyecto de escribir una novela.
“Idealizar un personaje o tema para la novela, me hizo pensar que mi papá podría ser ese protagonista interesante con el cual podría darle forma a ese espacio literario que tanto afloraba por mi cabeza”, comenta.
	Hurgando en el pasado
	
	Entre los hallazgos descubiertos hasta la fecha destaca la amistad de su padre con el escritor y educador Carlos Luis Sáenz. Según relata don Fausto, Carlos Luis en su libro Mulita Mayor (1949) relata algunas anécdotas de su papá cuando era niño.
	
	También supo que de joven enfrentó a la dictadura de los Tinoco, razón por la cual fue capturado y sufrió torturas. Al cumplir los 18 años, el escritor Carlos Gagini observó en él habilidades para el dibujo y el arte, y en aquel momento decidió llevárselo para la Escuela Normal de Heredia como maestro de artes manuales y dibujo.
	
	“Al regresar a San José, mi padre emprende la actividad artística, pero en aquel momento no representaba una forma viable de ganarse la vida por lo que tuvo que recurrir a otros trabajos y es cuando se involucra en actividades periodísticas”, relata don Fausto.
	
	En esta área se desempeñó como ilustrador, caricaturista y fotógrafo y en el año 1928 comenzó a trabajar en el diario Costa Rica, en el departamento de fotograbado.
	
	Más tarde Fausto Pacheco se aventuraría a tomar la cámara fotográfica y asumió la tarea de cubrir eventos deportivos; en especial partidos de fútbol y carreras a Puntarenas.
	
	Su trabajo como fotógrafo lo llevó a registrar imágenes de las corridas de toros. Casualmente sobre esta actividad don Fausto pudo recabar una curiosa anécdota: Resulta que en enero de 1928, en las corridas de fin y principio de año, Fausto tomó una fotografía en donde se aprecia cómo el torero improvisado queda sin pantalones luego de una embestida. La prenda de vestir quedó colgando de la cornamenta del animal. 
	
	La gráfica fue publicada en el Diario Costa Rica y tal fue la indignación de la persona afectada que buscó al fotógrafo para reclamarle en forma airada la publicación y al parecer hasta hubo balazos (situación de la cual se asume que salió ileso).
Otra situación digna de mención fue una caricatura de tinte político en donde se mostraba a una cucaracha al volante de un auto presidencial. En ese entonces el presidente era don Ricardo Jiménez Oreamuno, cuya esposa era apodada “la cucaracha”. Según la investigación de don Fausto, su padre fue a parar a la cárcel por ese motivo.
Como investigación pendiente, falta explorar el trabajo que Fausto Pacheco realizó en tierras panameñas por ahí del año 1928, país en donde residió y existen indicios de que laboró para el periódico Estrella de Panamá y Panamá Americana.
Don Fausto explica que la novela es biográfica y reconoce que tendrá “muchos puntos negros”, pues incluirá detalles tristes de la vida de su padre como la enfermedad del alcoholismo.
	Otros tienen que ver con su carácter en donde se hará referencia a los encontronazos que tuvo con otros artistas, su afinidad con las ideas comunistas y la defensa del sentimiento patrio que lo llevó a enlistarse para pelear en la guerra de Sixaola.  
	
	“El trabajo hecho por mi papá en el campo del periodismo ha sido muy interesante, inclusive he querido viajar a Panamá para recopilar más detalles de lo que fue su vida y su trabajo en aquel país. Su aporte periodístico estuvo más enfocado en la parte gráfica y no en la redacción pero de igual forma fue muy importante”, concluye don Fausto, quien no descansará hasta recabar toda la información posible sobre los pasos perdidos de su padre.
	
	*Colaboró Herlen Gutiérrez Umanzor







